Rótsál o las partes del Ser.


Como es bien sabido para algunas culturas el Ser no está compuesto únicamente
de Cuerpo-Alma-Espíritu, sino que consta de una composición más compleja.
Entre los antiguos egipcios, por ejemplo, cada ser estaba compuesto por 9 partes*,
mientras dentro del Etenismo nos encontramos también con 9 partes.



Dicha naturaleza del Ser nos facilita comprender con mayor profundidad nuestros
distintos aspectos físicos, mentales y espirituales en distintos ámbitos, tanto el
mágico y “religioso” como el cotidiano y mundano, desarrollando así creciente
conocimiento individual y del propio universo.



Podemos además encontrar una conexión con el Gigante Primigenio Ýmir, con el
origen del Universo y el origen del propio Humano. A parte del hecho de que el
humano es creado a partir de restos de Ýmir, encontramos también tantas
cualidades y partes propias como partes se usan del Hrimþurs
para la formación del Cosmos. Algo que para muchos, a parte de la importancia
del 9, muestra la conexión inherente de cada uno, tanto con el mismo
Vacío (Ginnunga o Abgrundjam) como con el Universo, pudiendo conectar cada
aspecto individual con distintos planos y despertar nuestra conciencia
en éstos. Siendo además para algunos como árboles, extendiendo nuestras raíces
a las profundidades y la copa hacia los mundos celestes, tal como se dicen en el
Ginnrúnbók (donde podemos encontrar una de las mejores descripciones
sencillas sobre dichas partes del Ser y sus correspondencias, y principal fuente de
inspiración en la forma y tono de este escrito).


A dichas partes las podemos denominar Rótsál (Raíz del Alma) y las podemos
dividir en tres grupos de tres; aspectos o cualidades físicas, mentales y espirituales.


Físicas:
  • Lík: El cuerpo físico per se, la cáscara que contiene el resto de cualidades..
  • Hamr: La forma, para algunos el cuerpo astral, de aspecto similar al Lík pero con posibilidad de ser moldeado y transformado, algo que lo diferencia del Lík. Al fallecer se desprende del Lík y es uno de los reflejos en otros mundos. En este caso se vincula con los huesos del Gigante Primigenio (pudiendo hacer un paralelismo con las múltiples representaciones de huesos y cráneos en distintas culturas como símbolo del ser interior o el ser astral).
  • Önd: El aliento de vida, es lo que mantiene con fuerza y vitalidad la totalidad del Rótsál y conserva unidos al Hamr y al Lík (cuerpo astral y físico).

Mentales:

  • Hugr: La razón, el aspecto cognitivo e intelectual. Mente y Voluntad. Aspecto que va a la par con Minni (representados en la deidad de Wōđinaz/Óðinn/Gautaz a través de sus dos cuervos Dýrinmegin o Animales de Poder obtenidos del Mímirbrunnr). 
  • Minni: El inconsciente o la intuición, la memoria de nuestra vida y la memoria ancestral (relacionado con el concepto de inconsciente colectivo). 
  • Óðr y Kynfylgja: La inspiración y el compañero de familia. La supraconsciencia. La capacidad de alinear Hugr y Manni desarrollando una conciencia superior y profunda inspiración. Óðr lo podemos tomar como la naturaleza divina del Ser, nuestro cuerpo mental, una vez desarrollado podemos hacer que se manifieste en un Espíritu Superior, el cual nos puede servir de guía, compañero y maestro interno. En algunas ramas Etenistas el Kynfylgja es tomado como un animal de poder vinculado a un Clan o Familia en su totalidad, mientras que en otras ramas lo vincula al linaje espiritual (no al familiar o sanguíneo). En las distintas fuentes podemos encontrar que se describe como un animal o como un humano del sexo opuesto. Se lo puede tratar como una expresión del Yo superior, el llamado Daemon en otras tradiciones no Etenistas. 

Espirituales:

  • Fylgja: Compañero o protector, una entidad separada del humano pero adherida y conectada a éste durante su vida en Miðgarðr. Se toma como el medio o vehículo de comunicación de los seres espirituales (dioses, gigantes, etc) para con nosotros. Se cree que registra y graba toda experiencia del individuo y queda en la memoria ancestral. Suele ser llamado en proyecciones astrales o en viajes de la conciencia a otros planos, como un guía en el camino. Tradicionalmente se le atribuye, igual que con el Kynfylgja, aspecto de animal o humano, y se cree que no se suele mostrar de forma directa excepto en momentos cercanos a la muerte. 
  • Hamingja: La energía, se concibe como la suerte y/o poder personal de cada individuo. Se fortalece a través del potenciamiento y avance de las otras partes del Rótsál. Es conducto y expresión de la energía mágica como tal, lo que proyectamos en hechizos o trances y con lo que impregnamos los Taufr o talismanes. 
  • Skuggi: La sombra, el inconsciente, aquí encontramos miedos, temores, limitaciones y aspectos negativos de nosotros mismos. Difíciles de aceptar, asumir y/o enfrentar. A su vez es nuestro ser más salvaje y conectado con el aspecto animal e instintivo. Una parte en ocasiones demasiado negada, especialmente por tradiciones abrahámicas, pero necesaria de asumir e integrar en equilibrio con las otras partes. Otra parte que al morir se separa del Lík y se refleja, atado a Helheimr, siendo las Skuggi las partes de los muertos con las que conectamos en la mayoría de trabajos de necromancia o necrosofía. 







*Cuerpo, Sahu, Ib, Ka, Ba, Ren, Sheut, Aj y Sejem.

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