Los Suevos.

Bandera del Reino Suevo.


Como es por todos conocido, uno de los principales pueblos germánicos que poblaron la Península Ibérica fueron los visigodos, pero existieron muchos otros como los vándalos, alanos y suevos principalmente, en menor medida (y por proximidad) también francos, principalmente los últimos en tierras que hoy corresponden a Nafarroa (Navarra), Catalunya (Cataluña) y Aragón. Hoy nos centraremos brevemente en el pueblo de los suevos.


Una de sus primeras menciones es por parte de César en la campaña de Ariovisto, tildándolos como uno de los pueblos más beligerantes. Debemos tener en cuenta que a diferencia de otros pueblos germánicos, los suevos no constituían una “nación”, o dicho de otra forma, eran distintas tribus con nombres diferentes y que no tenían una unidad homogénea, a pesar de estar todos bajo el término de “suevos”.



El término como tal, se cree que se origina en *swēbaz, ya sea basados en la raíz proto-germánica *swē- “uno mismo” o “suyo”, raíz que vemos en el nombre de otros pueblos germánicos. Existe la teoría de que se origina de lenguas célticas y significa “vagabundo”.

El territorio de origen se encuentra en lo que hoy es Alemania, en la zona del Mar Báltico, aunque al no basar su economía sólo en la agricultura eso les permitía moverse mucho más que otros pueblos germánicos, llegando a lugares como Alsacia o a tierras ibéricas como las actuales Galiza (Galicia) y norte de Portugal. 


Su llegada a la península fue a manos de Hermerico, que después de años de pillajes y junto a vándalos y alanos lograron penetrar y asentarse en la provincia de Gallaecia y, a raíz de forjar un pacto con el emperador Honorio pasan a ser un reino federado y ser ciudadanos de Roma, pudiendo considerarse este hecho como el nacimiento del Reino Suevo, y a Hermerico su primer rey en el 411. En el año 585 deja de existir el reino ya que es vencido por el rey visigodo Leovigildo e integrado en el Reino Visigodo. Aun así, cabe destacar que alrededor del 455 llegó a extenderse por casi toda la franja atlántica del occidente peninsular bajo el mandato del rey Rékhila. Debe resaltarse que a pesar de la superioridad que lograron los visigodos en la península, su dominio en el norte occidental fue tibio y tardío, para nada comparable con otras zonas, aunque otros pueblos fueron huesos aún más duros de roer. 


En su inicio seguían las creencias tradicionales germánicas, para luego adoptar el arrianismo y finalmente, entre el 550 y 570 (según las fuentes a las que vayamos) el catolicismo. Esa rápida adaptación también hizo que con bastante celeridad adoptaran el latín vulgar, no sin dejar huella germánica en idiomas como el gallego o el portugués. 


Creo que es importante destacar que, salvo alguna mención puntual por parte de los visigodos sobre el analfabetismo de los suevos, en general se les consideraba un pueblo de amplia cultura y arte. Debe admitirse que esa consideración viene en su  mayoría siendo ya cristianos, algo que podemos teorizar que se limita a la tan gastada herramienta de tratar como analfabetos a los “paganos” y como eruditos a los cristianos, pero se queda sólo en eso: una teoría. 


Profundizando en su religiosidad debemos hacer hincapié a que, a diferencia de los visigodos y su rápida conversión al cristianismo arriano (algo más complejo que eso, pero este tema será para otro escrito), los suevos sí conservaron sus creencias y tradiciones cierto tiempo, a pesar de ello la información sobre su espiritualidad es escasa. Aun así es algo relevante, ya que chocaba con los hispano-romano-galaicos católicos, chocaba incluso cuando los suevos ya eran arrianos (a partir del 449), y siempre fue un punto de divergencia con la estructura y poder de Roma. Aunque no podamos saberlo a ciencia cierta es muy posible que desarrollaran una singular y propia espiritualidad (algo que no es raro entre estos pueblos, ya que no estaban bajo los rígidos dogmas que vemos en otras religiones), conservando la raíz germánica, pero también integrando influencia de los pueblos galos autóctonos, pero debo insistir fuertemente en que esto último es sólo una conjetura, una teoría que corre nada más, no se debe tomar como que seguían una religión céltico-germánica sincrética tal como alguna gente entiende, ya que eso no es así.



Por último, debo hacer un apunte respecto a la bandera. La bandera del Reino realmente no se sabe seguro que así lo fuera, de hecho, la Sociedad Española de Vexilología suele sostener que es falso, mientras que los que apoyan que es real sostienen que por parte del Estado español no existe tanta información y estudio sobre ello, mientras que en Alemania si que se toma como algo real y tienen estudios más profundos sobre los suevos (sea o no la bandera del reino, sí es cierto la falta de información y marginación de la historia sueva por parte de España). Lo que sí sabemos y podemos afirmar es que ese símbolo, adoptado luego como bandera de todo el Reino o no, era el estandarte de la dinastía real sueva del Reino de Gallaecia, es decir, las armas de la realeza sueva.






Comentarios